Apicultura en Sonora: Resiliencia y Tradición Frente a los Desafíos Climáticos

A pesar de enfrentar condiciones climáticas adversas, la apicultura en Sonora continúa siendo una actividad esencial que refleja la resiliencia y dedicación de sus productores.
Un Legado de Calidad
La miel sonorense se distingue por su alta calidad, resultado de prácticas sostenibles y un profundo conocimiento del entorno. Apicultores como Porfirio Leonardo Galindo Flores, con más de 30 años de experiencia, han mantenido una producción anual de aproximadamente 4,000 kilogramos de miel, caracterizada por su contenido de humedad entre el 16% y 18%, lo que le confiere una textura y sabor únicos .
Desafíos Climáticos
En 2024, la producción de miel en Sonora experimentó una disminución del 63%, alcanzando solo 27.7 toneladas en comparación con las 75 toneladas del año anterior. Este descenso se atribuye principalmente a la sequía y a las bajas temperaturas, que han afectado la floración de las plantas y, por ende, la alimentación de las abejas.
Innovación y Adaptación
Para contrarrestar estos desafíos, instituciones como la Universidad de Sonora y la Universidad del Bienestar en Quiriego están desarrollando investigaciones para criar abejas adaptadas a las condiciones climáticas extremas de la región. Estas abejas genéticamente mejoradas buscan mantener una buena producción de miel y derivados, incluso en ambientes con altas temperaturas y menor disponibilidad floral.
Apoyo Institucional y Comercialización
El gobierno de México, a través del programa «Alimentación para el Bienestar», está apoyando a los apicultores de pequeña escala mediante la comercialización y valor agregado de sus productos en las nuevas Tiendas Bienestar. Estas tiendas buscan facilitar el contacto directo entre productores y consumidores, promoviendo alimentos sanos y nutritivos a precios accesibles.
Una Actividad Vital para el Ecosistema
Más allá de la producción de miel, las abejas desempeñan un papel crucial en la polinización de cultivos, contribuyendo significativamente a la biodiversidad y a la seguridad alimentaria. El compromiso de los apicultores sonorenses no solo endulza nuestras mesas, sino que también fortalece el equilibrio ecológico de la región.