Un estudio publicado en Cerebral Cortex demuestra que los seres humanos pueden aprender ecolocalización —el uso de ecos para “ver” mediante sonidos— en apenas diez semanas de entrenamiento intensivo . En el experimento participaron 26 personas, videntes y con discapacidad visual, en un programa de 20 sesiones, cada una de unas dos o tres horas, recibiendo entrenamiento para chasquear la lengua, desplazarse en espacios reales y virtuales, y reconocer objetos mediante el eco .
Antes y después del entrenamiento se realizaron resonancias magnéticas que revelaron activación de la corteza visual primaria —la región del cerebro encargada de procesar imágenes— al procesar los ecos acústicos . En participantes ciegos también se observó un incremento de materia gris en esa zona, indicando cambios estructurales . Esta reorganización neuronal, conocida como neuroplasticidad, demuestra que el cerebro adulto puede adaptar funciones originales a nuevos sentidos, sin necesidad de talento especial ni tecnología .
La habilidad recién adquirida no sustituye la vista, pero amplía la percepción espacial y podría transformar la autonomía de personas con discapacidad visual, además de tener aplicaciones en rehabilitación y entrenamiento cognitivo .
El estudio reconoce su muestra limitada, y plantea que investigaciones a mayor escala podrían fortalecer los resultados, así como el entrenamiento especializado para enseñar esta técnica más ampliamente . Este hallazgo abre una nueva ventana al potencial humano, recordándonos que nuestro cerebro guarda capacidades sensoriales mucho más versátiles de lo que creíamos.