En lo más profundo del Cañón Submarino de Mar del Plata, a unos 3 500 metros de profundidad —casi el doble que el Gran Cañón—, se despliega un mundo que desafía la imaginación.
Un espectáculo vivo en tiempo real
Científicos argentinos, junto al Schmidt Ocean Institute, transmiten en vivo imágenes nunca antes vistas. En pantalla emergen criaturas translúcidas, corales brillantes y estrellas de mar tan curiosas que se ganan apodos como la “estrella culona”, por su insólita semejanza con un personaje de dibujos animados. Esta transmisión ha captado la atención de millones de espectadores que, hipnotizados, presencian cómo la ciencia cobra vida frente a sus ojos.
Biodiversidad en las profundidades
La expedición ha documentado más de 40 posibles especies nuevas para la ciencia: esponjas carnívoras, peces translúcidos, rayas de vivos colores y diversos invertebrados como anémonas, pepinos de mar, caracoles, crinoideos y varios tipos de coral. Entre los fondos marinos, destacan formaciones coralinas únicas: praderas del coral duro Bathelia candida y campos rojizos de coral blando tipo «hongo» (Anthomastus).
Un ecosistema energético y remoto
Este imponente cañón submarino se encuentra a unos 300 km de la costa argentina y se forma gracias al encuentro de corrientes cálidas y frías que, combinadas, generan una región altamente productiva y biodiversa. Esa confluencia favorece un entorno ideal para vidas sorprendentes bajo la superficie.
Una conexión entre ciencia y sociedad
Lo que empezó como exploración científica se convierte en evento cultural: niños, familias y escuelas conectan su imaginación con cada descubrimiento submarino, mientras que muchos sienten un renovado orgullo por la ciencia argentina. Esta sintonía ha encendido un debate público sobre la importancia de sostener la investigación y proteger estos tesoros naturales.
Crédito: Basado en la cobertura de AP News, Live Science y Discover Wildlife sobre la expedición en el Cañón Submarino de Mar del Plata.