El Moro de Cumpas: La leyenda del caballo invencible de Sonora

En la historia ecuestre de México, pocos caballos han alcanzado la fama de El Moro de Cumpas, un corcel que se convirtió en leyenda en el estado de Sonora. Su historia, envuelta en hazañas impresionantes y una canción que aún resuena en el folclore, sigue siendo motivo de orgullo y nostalgia para los amantes de las carreras de caballos.
Los orígenes del mito
A mediados del siglo XX, en el municipio de Cumpas, Sonora, nació un caballo cuya velocidad y resistencia llamaron la atención de los rancheros y aficionados a las carreras. Su dueño, Pedro Frisby, pronto descubrió que tenía en sus manos un ejemplar extraordinario.
Un detalle curioso que ha generado confusión es su color. Algunas versiones lo describen con un tono oscuro, mientras que otras lo representan como un caballo de pelaje claro o tordillo. Esta discrepancia ha sido motivo de debate entre quienes han mantenido viva su historia, aunque su grandeza va más allá de cualquier descripción física.
Las carreras de caballos eran (y siguen siendo) una tradición arraigada en el norte de México, y El Moro rápidamente se convirtió en la estrella de estas competencias. Su reputación creció a medida que derrotaba a caballo tras caballo en los duelos que se organizaban en los llanos de Sonora y otros estados vecinos.
La carrera más famosa
El evento que definiría su historia llegó cuando El Moro de Cumpas se enfrentó a El Saino de Agua Prieta, un caballo con gran reputación proveniente de esa ciudad sonorense. La carrera, que generó grandes apuestas y atrajo la atención de un público expectante, se convirtió en un duelo épico.
Contra todo pronóstico, El Moro de Cumpas perdió la carrera ante El Saino de Agua Prieta, un resultado que sorprendió a muchos y quedó grabado en la memoria colectiva. A pesar de la derrota, la fama de El Moro no se desvaneció, sino que creció aún más gracias al corrido «El Moro de Cumpas», compuesto por Leonardo Yáñez Romo, conocido como «El Nano», originario de Agua Prieta, Sonora.
Este corrido fue interpretado por varios artistas, pero su primera grabación exitosa la realizó Gilberto «Sahuaripa» Valenzuela en 1965, vendiendo dos millones de copias y catapultando su carrera al estrellato. Más tarde, intérpretes como Antonio Aguilar y Vicente Fernández lo popularizaron aún más, asegurando que la historia de El Moro trascendiera generaciones. Incluso, en 1977, Antonio Aguilar llevó la historia al cine con la película El Moro de Cumpas, dirigida por Mario Hernández.
El legado de El Moro
Como toda gran historia, el final de El Moro está envuelto en la nostalgia. Se dice que, tras muchas victorias y su legendaria carrera contra El Saino, el caballo murió en circunstancias que varían según la versión del relato. Algunos afirman que falleció de causas naturales, mientras que otros aseguran que murió en plena carrera, dejando a su jinete y a su público en shock.
A pesar del paso de los años, el recuerdo de El Moro de Cumpas sigue vivo. Su leyenda se transmite de generación en generación, demostrando que, en el mundo de las carreras de caballos, hay nombres que jamás serán olvidados.
El canto de un pueblo
La canción que narra su historia es un testimonio del cariño y la admiración que despertó en la gente. Cada vez que suena, revive la emoción de aquellos días en los que un caballo de Sonora se convirtió en símbolo de grandeza y velocidad, aunque no haya ganado su última carrera.
Hoy, en Cumpas, Sonora, aún se recuerda con orgullo a El Moro, el corcel que cruzó la meta de la historia para jamás ser olvidado.
Para escuchar una de las interpretaciones más icónicas del corrido, aquí está la versión de Vicente Fernández: