Santorini en vilo: la isla griega sacudida por miles de sismos, pero sin erupción volcánica inminente

La icónica isla de Santorini, famosa por sus casas blancas con cúpulas azules y su impresionante caldera volcánica, enfrenta un episodio de intensa actividad sísmica que ha generado preocupación entre sus habitantes y turistas. Desde el 26 de enero de 2025, se han registrado más de 14,000 sismos en la región, con algunos temblores que alcanzaron magnitudes superiores a 5.0.

Evacuaciones y estado de emergencia

La persistencia de los movimientos telúricos llevó al gobierno griego a declarar el estado de emergencia el pasado 6 de febrero, una medida que se extenderá al menos hasta el 1 de marzo. Más de 11,000 personas han abandonado la isla, incluidas familias locales y visitantes que habían llegado a disfrutar de la belleza del archipiélago. Además, escuelas y negocios han cerrado temporalmente, dejando a Santorini en un estado de incertidumbre.

¿Está despertando el volcán?

A pesar de la gran cantidad de sismos, los expertos aseguran que no hay evidencia de una erupción volcánica inminente. Stavros Meletlidis, profesor de vulcanología, ha señalado que el volcán de Santorini no presenta signos de actividad eruptiva y que una explosión similar a la de la era minoica ocurriría en decenas de miles de años. Sin embargo, los científicos continúan monitoreando la zona para detectar cualquier posible cambio en la actividad geotérmica.

Impacto en el turismo y la economía local

Santorini es uno de los destinos turísticos más populares de Grecia, recibiendo millones de visitantes cada año. Sin embargo, la incertidumbre generada por los sismos ha afectado gravemente el sector, con hoteles reportando cancelaciones masivas y restaurantes reduciendo su actividad. Los residentes que decidieron quedarse en la isla enfrentan una difícil situación económica mientras esperan que la situación vuelva a la normalidad.

Vigilancia constante y llamado a la calma

Las autoridades han reforzado el monitoreo en la isla y recomiendan a la población mantener la calma, seguir los protocolos de seguridad y estar atentos a las actualizaciones oficiales. Por ahora, Santorini sigue siendo un paraíso, pero uno que tiembla bajo la sombra de su pasado volcánico.